Relatos trasnochados

Joder, ya están sonando las putas teclas del vecino de arriba, de verdad coño son las 3:23 de la madrugada, hay veces que me dan ganas de comprarme un rifle y pegarle cuatro tiros en su cara. Vivo en una finca de locos, ya ni te cuento la señora Evangelista, si aquella de la que te hablé una vez ¿recuerdas? Esa es de las peores, siempre diciendo que el fin de los días va a llegar de un momento a otro, yo siempre le digo que espero que me pille durmiendo o disfrutando de alguna bonita tarde de sexo.
¿Te acuerdas de Dick? Si, mujer aquel hombre del tercero que tenía un perro enorme, pues por lo visto lo envenenaron (al perro), y el hombre se ha quedado bastante hecho mierda, ahora siempre que me cruzo con el esta como en otro mundo, no sé muy bien donde, pero seguro que en este mundo no, la verdad es que el hombre hace bien, cuanto más se aleje mucho mejor, pero no deja de darme un poco de pena, no sé, lo veo tan solo.
Bueno creo que es hora de dormir, parece que el vecino de arriba ha terminado de aporrear las teclas.
Recuérdame que en la próxima carta te hable de los mafiosos que negocian en la farola que justo da a mi ventana

Atentamente
El loco de la máquina de escribir