Admiro la capacidad que tenemos todos nosotros a la hora de fingir un sentimiento, me sorprendo como somos capaces de amar y mostrar odio, como podemos tener interés y aparentar indiferencia.
Detesto las buenas decisiones, porque aunque sean las correctas son las más costosas, las más dolorosas y casi siempre las menos reconocidas. No sabemos diferenciar entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos; entre lo que es y lo que debería ser. ¿A quién no le gusta que le abracen? ¿A quién no le gusta que le besen? y no hay q ser egoista!!!! (me lo repito constantemente)
También hay personas y personas, y las buenas personas se merecen lo mejor, se merecen sinceridad, respeto, confianza y sobre todo que les quieran bien. ¿Quién decide lo que es suficiente?
Todo león busca a su leona
pd: espero el relato corto
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