¿Quien puede detenerlos cuando estos llaman a tu puerta?
Son como un huracán que lo arrasan todo, que lo destrozan todo,
Que por donde pasan, nada vuelve a crecer.
El ritmo de contención lo tienes aprendido, memorizado
E incluso grabado a fuego lento en tu cabeza,
Porque sabes que los pasos son fundamentales,
Porque antes de correr, hay que aprender a andar.
¿Quién puede pararlos cuando estos se vuelcan por tus labios
Cuando guían tus manos, tus dedos, tus pies, tus ojos,
Tus pensamientos?
Conozco las consecuencias y si, son inevitables
Y pago la factura de todo este gasto, de toda
Esta verborrea mental y no tengo más remedio
Que decirme a mí mismo:
“impulsos sois unos hijos de puta”
2 comments:
la mente ha de controlarlos, en la medida de lo posible
un besazo
Cuánta razón tienes!!
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