Año nuevo, vida vieja

La prudencia es cautela, es moderación, es una virtud cardinal que hay que saber llevar con buen criterio y hay momentos que te exigen ser prudente.

Tienes que ser más reflexivo (me digo a mi mismo) no dejarte llevar por un abrazo, por una sonrisa a media noche, por palabras que para unos significan mucho y para otros nada…

En cambio hay que ser totalmente imprudente, obsceno, impúdico con los amigos, porque ellos se lo merecen, porque nos lo merecemos.

Hay que seguir creyendo (yo al menos lo necesito) en algunos valores. Comprendo, entiendo y acepto que la vida va de manera sumamente rápida, y que en ocasiones de tan rápida que va, no te enteras y te entra el vértigo, las ganas de gritar e incluso llorar y decirle al primero que pasa:“perdona, ¿te bajas conmigo?

Pero son las reglas, nadie se puede bajar, pero si podemos detener el tiempo, y ahí entran los amigos, esos que nos salvan en miles y millones de ocasiones, esos que nos hacen levantar la cabeza, esos que nos tienden la mano cuando hemos caído, esos que aun que creen (como yo) en unos valores, que saben valorar un abrazo, una mirada, un pequeño gesto cuando este es verdadero, esos que saben escuchar, esos con los que puedes estar horas y horas hablando y no te cansas y no se cansa, esos que no hablan por hablar…

Dedicado a los imprudentes solitarios!

Año nuevo, vida vieja!


pd: soy consciente de la basura que estas leyendo, pero ahora mismo, no me sale de otra manera y era necesario decirlo, espero que me entiendas!