Ordeno mi habitación y encuentro un sinfín de objetos que me pertenecen, que he ido adquiriendo a lo largo de mi vida; es hora de hacer inventario. Puede que sea un acto precipitado, solemos hacer estas cosas cuando uno va a testar, o piensa que el fin de sus días está próximo.
Miro uno por uno todos mis libros, la mayoría sé de donde proceden, cual es su origen, donde los encontré o me encontraron, algunos me los compre, otros me los regalaron y varios de ellos son heredados. Cada página de los regalados tiene escrito tu nombre y me gusta, no quiero olvidarme de su origen, en ocasiones también ha quedado constancia por escrito.
Miro mis carpetas, mis apuntes de derecho, muchos de ellos fotocopiados, algunos (la mayoría) de los primeros cursos también tienen nombre y apellidos, me acuerdo de ti y me gustaría pensar que estas tranquila y relajada y sobre todo que estés en paz.
Observo mi armario, mi ropa, mis camisetas, mis chaquetas, mis abrigos ¿tendrían vida sino estuviese aquí? Si me fuese mañana mismo no tendría sentido que mis pantalones siguiesen colgados de la percha, no tendrían mi olor y dejarían de latir, serían simplemente trozos de tela olvidados.
La mirada se detiene esta vez en mis discos, mis valiosos y apreciados discos, recopilados uno a uno, ahorrando para poder comprarme el disco de la semana, con el que había soñado…ahí están todos, apilados de arriba a bajo, en un orden perfectamente estudiado, han sido mis compañeros durante horas y horas, en todos mis traslados (y son ya demasiados) han sido junto a mis libros los que siempre más he cuidado. Sois una parte esencial en mi vida.
Es increíble la cantidad de cosas que podemos ir almacenando a lo largo de nuestra vida, fascinante todo lo que puede caber en una habitación;
Pienso que todos estos objetos, libros, discos se quedarán sin historia el día que deje de estar, puede que algún amigo se quede algún detalle para acordarse de mí, pero serán objetos sin historia, serán libros sin nombres ni apellidos, sin una biografía, nadie sabrá que significaban o su origen o procedencia.
¿Qué serán de todas estas cosas cuando no esté? ¿Se tiraran? ¿Se repartirán? ¿Quien querría mis entradas de conciertos? ¿Quien querría mis fotos? ¿Quien querría mis posters?
Es hora de hacer inventario.
2 comments:
Interesante reflexión, como todas.
Un abrazo,
Inventario a lo Mario Benedetti!
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