Hoy recibí una llamada y al descolgar y justo antes de poder preguntar ¿quién es? Oí una voz de mujer que me decía:
- Lo siento, no vales.
Nada más escuchar esto, el emisor del mensaje colgó, yo me quedé con el auricular en la mano paralizado durante segundos; después colgué, miré mi casa vacía, pensé en el por qué de los agujeros negros y me acosté.
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La mujer seguramente, salió de su casa, bajó las escaleras porque no funcionaba el ascensor. Llevaba tacones. Sé que los llevaba. Al llegar a la calle, llovía un poco, ese poco son gotas finas y frías, molestas. Dio tres pasos, resbaló en suelo mojado. Su cabeza se encontró con el suelo. "Yo tampoco valgo", pensó.
Ey fiera! ¿Qué tal? Hacía tiempo que no me pasaba por aquí (el otro día lo hice) pero más hacía que no te comentaba...
Me ha encantado tu post, y aunque no de muchas señales de vida, por aquí seguiré, sin ir más lejos, el otro día recomendé tu blog...
He estado un poco perdido, pero creo que he regresado xD.
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