Lleno la cubitera con sumo
cuidado; no quiero derramar ni una minúscula gota; todo está bien concentrado y
listo para congelar. Estoy nervioso, tamborileo
mis dedos en la mesa y observo el reloj con impaciencia; quiero que esté listo
ya; quiero poder comprobar como de su estado liquido ha pasado a un estado
sólido.
Quiero disfrutar de mi verdad por
raciones; servirme un cubito en cada refresco; no dejar que se me amontone.
Ayer fui a la oficina del olvido y no me aceptaron pese a ser el único
candidato con experiencia.
Quiero gozar de este pequeño
tiempo, mientras el calor me lo permita; coger cada día un cubito de hielo y chuparlo
lentamente hasta que se deshaga en mi boca y así ser consciente, poco a poco de
que al final el ciclo se completará y que la verdad (que ya conozco) me será
mostrada; tal vez con crueldad; pero no podré decir que no estaba avisado.
Dejemos mientras tanto, como mínimo
hasta julio, la verdad congelada
1 comment:
¿Padeceremos melancoholismo?
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