Átala bien fuerte, no dejes que me suelte; tú eres el fuerte y debes tirar de mi; intentar que toda mi locura se canalice en millones de partículas de nailon y se expandan de tal manera que se pierdan en el aire y así poder estar un poco mas cuerdo, un poco más tranquilo, más libre.
Sé que tu tarea no es, ni será fácil; llevar el peso pesado siempre es complicado, duro y sacrificado. Yo en cambio me dejo llevar, soy más voluble, más inestable y lo peor de todo, soy consciente; Por ello esta cuerda siempre atada a nuestra cintura nos une y nos mata, nos encadena y nos esclaviza, es nuestra cadena de la compasión que por mucho que luchemos contra ella, siempre está ahí, por mucho que intentemos arrancarla seguirá ahí y al final sólo queda resignarnos, hacernos a la idea de que todos tenemos cargas y que este sentimiento de conmiseración y lástima que nos tenemos hace que cada día sea más fuerte y más consistente, hace que siempre de una manera u otra estemos unidos PARA SIEMPRE!¿y que pasa con ese sentimiento de saber que no tienes nada más que decir, y en cambio sabes que no debes terminar así?
pd: hay que leer mucho más!
2 comments:
a mi me encanta leerte!
un placer.
besitos
Muchisimas gracias, seguro q eres de las lectoras mas fieles de "viaje otoñal".
Desde tierras valencianas, te mando un fuerte abrazo
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