Sunday, January 28, 2007

Buscando el folio en blanco

Te encuentras
en el laberinto de la vida,
buscando una salida,
ocultando las palabras,
amando los espacios,
buscando la tranquilidad.
Encontrando las manos adecuadas
que te salven de este milagro
al que no encuentras salida.
Escribiendo desahogos
para no ahogarte,
buscando los folios en blanco
para encontrar las palabras
y regresar a la carretera
que más calma te proporciona.

Yo mientras tanto
seguiré esperando,
seguiré escribiendo,
seguiré buscando
y volveré a tus manos cada noche
para encontrar el milagro,
para no ahogarme en la tempestad
y para buscar la paz de la carretera
y calma del folio en blanco

Wednesday, January 24, 2007

Fleflejos solares

Captar el instante, inmortalizar el momento. Ultimamente una de mis obsesiones es captar el segundo preciso en el cual tu pupila ve el reflejo del sol en cualquier esquina o en el mismo asfalto y considera que es belleza sin más. No siempre lo cosigo; es más casi nunca. Pero cuando captas ese momento con tu camara, eres feliz, has logrado transmitir una sensación, has plasmado una emoción. Aquí van algunos intentos. Espero que los disfruteis.

Tuesday, January 23, 2007

El Video de la Semana: No Surprises

No Surprises (sin sorpresas) by Radiohead






Sin duda Radiohead es uno de esos grupos que me han marcado; los descubrí hace un año más o menos, siempre fue un grupo que me llamó la atención...y hace unos 8 o 9 meses me compré Ok, computer.
Sin Palabras. Indescriptible; Thom Yorke es de esas personas que hace que su música me llegue sin entender la letra, que su voz me haga estremecer.
Desde este pequeño espacio virtual...GRACIAS THOM
La música necesita grupos como Radiohead!

Un corazón que está lleno como un basurero/un trabajo que te mata poco a poco/
con heridas que no cerrarán/ Luces tan cansado y triste/ derroca al gobierno/
ellos no, no hablan por nosotros/ yo haré una vida tranquila/ un acuerdo por monóxido de carbono/
Sin alarmas y sin sorpresas/ silencioso silencio/
Esta es mi última convulsión/ mi ultimo retortijón/
Sin alarmas y sin sorpresas/ por favor/ Una casa tan linda/
y un jardín tan lindo/ Sin alarmas y sin sorpresas (sácame de aquí)/

Saturday, January 20, 2007

Suerte y ánimo!



Esta fotografía (hecha en horas de biblioteca) va dedicada a todos aquell@s que teneis que estudiar mucho en estas fechas, a todos los que siempre dejamos todo a última hora, a los que siempre decimos "ya lo haré mañana"; a los perros, a los vagos, a las mentes dispersas, a los poco centrados.
Para ellos esta foto.
Si eres de los empollones, de los que van al día, de los que aprueban los examenes con nota y además dices "no he estudiado nada", para esas personas No va dedicada esta foto.
Salud y suerte a todos.

Saturday, January 13, 2007

Simple apariencia, Sencilla formula.

Jugando al juego del despiste
Mostrando la cara confusa, el lado erróneo
Y sin una definición clara te encuentras
con una respuesta sencilla.

Conociendo los errores, tropezando
en las mismas piedras
Volviendo a los mismos lugares
Hayas una respuesta sencilla.

Con los mismos zapatos, junto a las mismas personas
Y jugando (de nuevo) al juego del despiste
Te encuentras con una simple certeza
Camuflada en un complicado acertijo
envuelto en un enigma de crucigrama
que todos reconocen como fácil y sencillo-

Monday, January 08, 2007

Un día de trabajo en Fnac


Carreteras cansadas, gente dormida, un despertador que suena, un cuerpo que se levanta, unas manos que se enjuagan, ipod, un bono bus que ficha, personas con cara de alpargata, miradas esquivas, gente bien peinada, gente despeinada, olor a colonia, olor a despreocupación, ganas de regresar a casa al primer minuto de insatisfacción.
Calle San Vicente, calle cervantes, Hola buenas; discos, Carlos Agustí; escaleras mecánicas, escaleras pesadas, zona Dvd, una clave pulsada, una llave introducida, un chaleco nuevo, sin chapas añadidas.
Nuevo material, nuevos discos, nacional/internacional, a carcasear, melódicos, pop/rock, latinos, cantautores, pedidos recibidos, abrimos tienda; “buenos días”, ¿fito? ¿El canto del loco? ¿El tiempo de las cerezas? ¿Qué disco le podría gustar a mi marido si le gusta Roberto Carlos?
Agobios, impaciencia, zona de descanso, un café, 0.15 céntimos, una botella de agua, Mar, nuevos compañeros, nuevas personas, gente nueva, Agustín, ¿qué te gusta?, gente inquieta, libros, Dvd, música clásica, Paco, Tom Waits, el teléfono sonando, ¿discos?; Alberto, Macaco, Muchachito Bombo Infierno, Miguel, heavy, baquetas,:”quedan cinco minutos”, hasta mañana, taquilla, escaleras, reloj, :discos, Carlos Agustí, calles, Modigliani, autobuses, ipod, paz, el extranjero, Camus, pena de muerte, descanso, último mensaje, luz apagada…mañana será otro día.

La canción de la semana

KAMIKAZES ENAMORADOS

No hay vía libre, es una trampa genial.
No hay vía libre, si se divide en un par,
te obligan a que rime en un verso crucial,
ávidos por descubrir y nunca tienen límite.
Aún quieren más,
(no se permiten ir a medio gas).

Crimen racional,
siempre miden mal, causando desperfectos.

Como Kamikazes enamorados,
como pistoleros de sangre caliente.
Juégatela un poco valiente,
Kamikazes enamorados.

No es imposible, es un asunto trivial,
no es imposible, sólo hay películas sin estrenar.
Esperan que culmine la escena mortal
antes de sobrevivir pisando tierra firme...
¿Aún quieres más?
(estás a tiempo de volverte atrás).

Fuego en el cajón, carne de cañón,
heridas invisibles.
Somos Kamikazes enamorados,
somos pistoleros de sangre caliente.
Juégatela un poco valiente,
Kamikazes in love.

Saturday, January 06, 2007

Mis peces Betta Splendens


¿Quién no se ha detenido a pensar sin más, a dejar la mente en blanco y ver los peces nadar?
Peces guerreros, peces alargados (6 cm) y flexibles, con boca súpera y unas alargadas aletas, peces que en el lejano oriente sus peleas son consideradas como un verdadero espectáculo, hablo de los peces Betta Splendens, los luchadores del Siam (mis peces)
Me gustan los peces, siempre me han gustado, me producen calma, paz inmensa, parece que cuando los miras la vida va a cámara lenta, y que el tiempo se reduce a una pecera y que los problemas desaparezcan sin que te des cuenta y se convierten en agua.
Sé que vuestro hábitat no se reduce a cuatro paredes, sé que os gusta nadar por charcas, arrozales y otras zonas de agua estanca, pero os aseguro que os voy a cuidar, que voy a perder (ganar) mi tiempo observándoos, abstrayéndome y sobre todo me vais ayudar a relajarme.
Creo que juntos vamos a pasar buenos momentos, de hecho es muy probable que vosotros seáis los que más tiempo vayáis a pasar conmigo, los que aguantareis mis enfados, mis alegrías, mis penas…mis estados de ánimo. Pero no todo será aguantar, no. Yo a cambio os cambiaré el agua cada semana, os daré de comer y limpiaré la pecera siempre que esté sucia. Sé que juntos vamos a disfrutar. Ya os tengo cariño, ya sois mis peces.
Y todo esto no sería posible sin ti. Modigliani

Wednesday, January 03, 2007

Navidad Sangrienta

Recomendaciones Musicales

CANCIONES DURAS: EL REGRESO DE TOM WAITS.
LUEGO DE DOCE AÑOS SIN GRABAR, TOM WAITS EDITÓ A FINES DE 2004 UN NUEVO TRABAJO, "REAL GONE", DONDE VUELVE - MÁS VIEJO Y MÁS SABIO - A NARRAR CON SU VOZ GRAVE HISTORIAS DE DERROTAS Y DESAMPAROS. UNA POÉTICA BASTARDA QUE CONTINÚA TRANSITANDO CON COHERENCIA POR EL LADO MÁS SOMBRÍO DEL GRAN SUEÑO AMERICANO.


Vive en el Lejano Oeste americano y su perfil intelectual es el de un beatnik tardío, una especie de Kerouac de la canción: un sobreviviente. Alguna vez dijo que, de joven, soñaba con ser viejo. Por entonces tenía 24 años -y ya un par de hermosos discos en las bateas- y quería ser un sabio de 50. Ahora tiene 56 y finalmente su voz es la de su edad; sus letras, las de su memoria poblada de personajes reales e imaginarios; su figura, la que uno imagina para un tipo nacido a fines de los 40. Hasta podría decirse que se mantiene bien. Su desaliño es más creíble que muchas superproducciones físicas. Justo en el momento en que el mercado de la biotecnología está hablando de extender la medida de lo humano más allá del reloj biológico -siempre habrá gente que compre promesas de eternidad-, Waits parece vivir con abismal realismo, en ese aquí y ahora que reflejan sus canciones. “Componer canciones es como vaciar tus bolsillos sobre la mesa y contar qué es lo que tenés”, ha dicho a modo de poética.
Tom Waits vuelve a la ceremonia del estreno. No grababa desde el 2002, cuando lanzó Alice y Bloody money, ese estupendo combinado de suavidad y aspereza. Su álbum número 18 -cifra estimativa, ya que podría acrecentarse si se consideraran algunas antologías y discos revisitados- se llama Real Gone, se extiende a lo largo de 72 minutos y no trae música confortable, de esa que uno pondría en una cena romántica o en una reunión de amigos. Real Gone empieza con toda la dureza de la que Waits es capaz: la dureza de su voz enturbiada por una trama de sonidos secos e indómitos En cuanto a las letras, “Dead and lovely” es una de las mejores: narra la muerte joven de Carol Wayne, una chica sexy del Tonight Show. Escuchamos la voz desencantada, de personaje duro, en máximas como esta: “No dejes que un beso te enloquezca/ Nunca te cases por amor...”.
Sobre la base de guitarras, bajo y percusión, más un desordenado plantel de aplausos y voces de amigos y curiosos, Real Gone se va descubriendo de a poco, como suele suceder con los discos que perduran. Sus motivos son esencialmente rítmicos, sobre patrones binarios que recuerdan, en simultaneidad geográfica, las danzas mediterráneas y el blues rural. El disco tiene un sonido sucio, casi un mal sonido, como si se tratase de una sintonía confusa, a medio camino entre dos emisoras de AM. Al igual que en sus otros discos, Waits confía más en la elaboración casera, en el bricolage sonoro, que en los trámites de la música profesional. En ese sentido, sus canciones son como su cuerpo: un testimonio del paso del tiempo. A diferencia de sus más ilustres colegas, Waits rechaza el brillo de un buen arreglo, al menos en esta etapa de su vida. Su rusticidad, empero, no es iconoclasta ni reaccionaria. Viene de la electricidad (finalmente, del laboratorio), con la excepción de “Day after tomorrow”, una balada acústica pacifista que bien podría haber escrito el Dylan de los comienzos. Que un cantautor que compone en el campo, virtualmente alejado de la tecnología y siempre fugado de la prensa, logre sus mejores imágenes sonoras con guitarras eléctricas y distorsiones vocales, con fantasmagóricos juegos de bandejas gira discos raspando la superficie del sonido, es una paradoja netamente rockera. En ese punto, Waits es un rockero de ley.

Del restaurante al disco

Nace el 7 de diciembre de 1949 en Pomona, California. Mudanzas permanentes por el Oeste y divorcio de los padres marcan la subjetividad del niño Tom, que pronto se vuelve laboralmente ubicuo e inestable. En poco tiempo muda de oficios (de bombero a lava-autos; de pizzero a heladero), hasta que en un restaurante descubre, mediante una juke box con discos de blues y canciones americanas, la posibilidad de hacer de sus vagas lecciones de música una profesión de tiempo completo. Cuando graba Closing time, su primer disco, admira a los clientes que suelen recaer en The Heritage, el club de Los Angeles que lo tiene de portero: Joni Mitchell, Elton John y especialmente el extraño Captain Beefheart, con el que críticos del futuro lo compararán, de vez en cuando.
Pero Tom tiene clase propia. Compone canciones de perdedores y borrachos californianos - que aparentemente difieren de los neoyorquinos - y se revela como un intérprete increíblemente maduro, para su edad. Mientras los veinteañeros de los 70 sueñan con la fama de Los Ramones, él escucha con devoción los discos Capitol de Frank Sinatra. Después llega The heart of Saturday night, su segundo y mal valorado trabajo. Su estética es como la del jazz : más inclusiva que expulsora ; está llena de guiños contemporáneos y se alimenta de cierto romanticismo suburbano : cuando está en el corazón de la ciudad - el escenario de sus primeras canciones, de sus primeros personajes -, Waits siente añoranza por la vida apacible del campo, y cuando habita el campo no logra escapar del imaginario urbano.
Con los años, su música se oscurece, su voz se torna áspera y el crooner deja su sitio al artista expresionista que aúlla canciones y las pone en un contexto teatral. Es el Waits de sus discos más aclamados, el que va de Rain dogs (1985) a Bone Machine (1992), pasando por Big Time, banda sonora de una película tan personal como extraña. Sus letras empiezan a tener más peso : su nombre circula por los ambientes literarios y sus historias se escuchan como cuentos de perdidos y perdedores. Hace un poco de cine con Jim Jarmuch, Robert Altman y Francis Ford Coppola - es el “socio” de Drácula, entre otros bolitos - y pasa a ser personaje de la fauna artística norteamericana. Pero escapa antes de caer en sus fauces. Se recluye en una granja próxima a Los Angeles, donde con su mujer Kathleen Brennan escribe y graba, desde el disco Sworfishstrombones, canciones desnudas, generalmente asistidas por la guitarra inteligente de Marc Ribot.
Para la industria, Waits no produce lo suficiente, es un creador perezoso, que graba menos de lo que quisieran los productores, aunque los paréntesis entre disco y disco no hacen otra cosa que aumentar las expectativas y generar artículos periodísticos en todo el mundo, mientras el clisé “el cantante de voz aguardentosa” prolifera sin pudor. Lo cierto es que cada novedad de Waits es una fiesta fuera de programa; un motivo de felicidad. Real Gone llega después de tres años de silencio.

Experimentando con la canción

Desde mediados de los 80, Waits trabaja la letra y la música con amplios márgenes para la experimentación. Sus textos no son meros significantes rítmicos, sino verdaderos poemas narrativos, que resisten bien la lectura sin música. En sus canciones introduce otros ritmos y acentos, interpone instrumentaciones neblinosas en medio de las estrofas y desarrolla un recitativo bronco pero casi nunca descortés. Su voz se extrema en tesitura y color, se fuerza más allá de la garganta, pero aún así conserva rastros de un melodismo que alguna vez iluminó el mundo de la canción. Talladas a partir de frases hímnicas o coloquiales -el pasaje entre unas y otras nunca es del todo claro-, estas canciones se exponen mejor al tarareo, al remanente melódico, que a la entonación certera. Si en un comienzo Waits tenía en cuenta el paradigma del standard jazzero, con los años se fue internando más y más en los abismos del blues gutural, el de John Lee Hooker y Howlin Woolf. No para hacer versiones blancas de músicas negras, sino para adueñarse de esos sonidos que siguen percutiendo en su memoria, obsesivamente. Lo mismo sucede con otras influencias; con la de Kurt Weill, por ejemplo. También allí tenemos a un Waits que no pretende remozar la canción de cabaret. En definitiva, sus canciones llevan polvo de carreteras y luces de motel. Son canciones absolutamente norteamericanas, en la acepción menos convencional de lo norteamericano.
El lugar que Waits se ha inventado en la cultura rock es sin duda original. Podríamos decir, a riesgo de sonar un poco conservadores, que el autor de Mule Variations se inspira en lo mejor de esa cultura, en sus hitos artísticos, en sus mayores compromisos estéticos. Él puede componer canciones de tres acordes, pero se las ingeniará para volverlas sutiles, para dibujar bajo la superficie un subtexto interesante, una provocación que vaya más allá del grito. Por eso, lo suyo nunca cayó ni caerá en la taxonomía del mercado ni en las veleidades nominales de la crítica. Ni post-punk, ni new wave, ni rock de garage... Tom Waits es Tom Waits, y poco más se puede agregar a la hora de los títulos.
Sin piano y sin virtuosismo, Real Gone se erige como un disco ascético y en cierto modo de síntesis. Todos los Waits pasados están aquí presentes, reducidos a su expresión básica, puestos en un registro exasperado.