Saturday, October 16, 2010

Los refugios

Te encuentras en el centro de esa oscura habitación donde solo vuestra presencia la lo inunda todo, cada hueco, cada armario, cada cajón está impregnado con ese aroma tan reconocible que sólo vosotros sabéis reconocer.

Y aunque te gusta, lo quieres e incluso te gusta acariciarlo durante horas, por momentos querrías tener una puerta por donde marcharte y alejarte momentáneamente de ese olor, encontrar un respiro, una pausa un refugio donde sentirte tu mismo, donde ese olor no tuviese cabida, y aunque es vuestro, siempre quieres tener a mano una salida de emergencia, un refugio donde sólo tu puedas relamer tus heridas sin el calor del otro y ver que todo funciona bien.

Eso no quiere decir que todo ese aroma te agobie o lo desprecies, todo lo contrario, es más querrías guardar su esencia en un tarro pequeñito y poder así olerlo varías veces al día y sentirte aliviado en los momentos de mayor tensión, en los trayectos de larga duración, en los atascos en la autovía, en el metro o incluso en el autobus e impregnarte de esa paz que lleva su fragancia empapada en su más pura esencia y luego volverlo a guardártelo en el bolsillo de tu pantalón y continuar tu camino mucho más tranquilo.

Pero al igual que lo poco gusta y lo mucho cansa, uno en ocasiones necesita desprenderse de ellas para poder valorar mucho más sus efectos, para poder apreciarlo en todos sus sentidos; para no dejar escapar absolutamente nada y sentir que tu cuerpo es un ser receptivo de sensaciones y emociones y no dejar así ni una sola partícula de tu cuerpo que no deje de sentir.

Creo que ahora lo entiendo todo un poco más.
Valoremos los refugios, aunque nos cueste!!!
(y a los refugiados)

3 comments:

Luis Ballesteros Andreu said...

Te recomiendo el blog de otro antiguo alumno del cole, un poco más reciente que tú:

http://entrelascumbres.blogspot.com/

es otro poeta, como tu.

Luis Ballesteros Andreu said...

Algo ha pasado. Yo lo he escrito mejor ...

Rafa Monterde said...

También te sigo... Muchas gracias por tu comentario. Tenemos que quedar, ¿no? Me ha encantado la entrada. Ya me recomendarás. Un saludo, Rafa.