Tuesday, June 20, 2006

Un soplo de aire caliente

Y soplo un viento del norte
que nos dejó helados de pies a cabeza,
La mancha negra nunca dejo de estar ahí quieta,
Siempre en movimiento, en constante movimiento,
nunca nadie la limpio y nadie se atrevió a limpiarla.
Y el camino continuó como estaba previsto,
uno a uno fueron cayendo lentamente,
agotados, extasiados y sin aliento.
Yo deseaba caer para poder ver el fin,
para poder decir basta, mis fuerzas
empezaban a flaquear…
Impulsado por el airé retomé
con nueva onda de energía aquello
que jamás creí encontrar,
aquello que jamás me ató a la nada
de tu presencia de reina destronada.
Tú siempre supiste ver
el lado oculto de la luna y enfocarlo
con suma claridad.
Las palabras quedaron vacías
cuando entraste en aquella habitación
con tu camisón rasgado
y tus parpados hinchados,
y una vez mas me dijiste:

-Dame mi dinero que me quiero pegar mi ultimó chute
a lo que respondí (mientras sacaba mi billetera)
- Toma, y no vuelvas más

1 comment:

JoseLuisAndreuBerzosa said...

Parece ser que el "saber rechazar" también es un arte. A mí nunca me gustó decir no, pero hay que plantearse todas las posibilidades. Igual era el mejor momento, o quizás uno más, para decirle a la mujer "desaparece" y "no vuelvas más". HAy que tener agallas...